La economía global ahorra 67.000 millones en producir paneles solares

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(EUROPA PRESS).- Un nuevo estudio publicado en ‘Nature’ ha calculado que la cadena de suministro globalizada ahorra a los países 67.000 millones de euros o dólares en costes de producción de paneles solares.

El estudio también ha descubierto que si se aplican en el futuro políticas nacionalistas fuertes que limiten la libre circulación de bienes, talento y capital, los costes de los paneles solares serán mucho más elevados en 2030.

Para reducir las emisiones de carbono que impulsan el cambio climático y cumplir los objetivos climáticos, el mundo tendrá que desplegar las energías renovables a una velocidad y escala sin precedentes. La energía solar promete desempeñar un papel crucial en la consecución de un futuro energético sostenible y con bajas emisiones de carbono, especialmente si el precio de la producción sigue bajando como lo ha hecho en los últimos 40 años.

El estudio, primero en cuantificar el ahorro de costes de una cadena de valor globalizada para la industria solar, llega en un momento en que muchos países han introducido políticas que nacionalizarían las cadenas de suministro de energías renovables en un intento de beneficiar a los fabricantes locales. Políticas como la imposición de aranceles a la importación podrían complicar los esfuerzos por acelerar el despliegue de energías renovables como la solar al aumentar el coste de producción, señalan los investigadores del estudio.

«Lo que nos dice este estudio es que, si nos tomamos en serio la lucha contra el cambio climático, los responsables políticos deben aplicar políticas que promuevan la colaboración en las cadenas de valor mundiales en lo que respecta a la ampliación de las tecnologías energéticas con bajas emisiones de carbono –explica en un comunicado John Helveston, autor principal del estudio y profesor adjunto de gestión de la ingeniería e ingeniería de sistemas en la Universidad George Washington (Estados Unidos)–. Aunque este estudio se centra en una industria, la solar, los efectos que describimos aquí son aplicables a otras industrias de energías renovables, como la eólica y los vehículos eléctricos».

El estudio examinó las capacidades instaladas históricamente, así como los datos de los materiales de entrada y los precios de venta para la instalación de módulos de paneles solares en Estados Unidos, Alemania y China -los tres países con mayor implantación de la energía solar- entre 2006 y 2020. El equipo de investigación estimó que la cadena de suministro solar globalizada ahorró a los países un total de 67.000 millones de dólares: 24.000 millones de dólares de ahorro en Estados Unidos, 7.000 millones en Alemania y 36.000 millones en China.

Si cada uno de los tres países hubiera adoptado políticas comerciales fuertemente nacionalistas que limitaran el aprendizaje transfronterizo durante el mismo período de tiempo, los precios de los paneles solares en 2020 habrían sido significativamente más altos -107% más altos en Estados Unidos, 83% más altos en Alemania y 54% más altos en China-, según el estudio.

«Nuestra investigación demuestra que la colaboración internacional es fundamental para hacer frente al cambio climático global –apunta Gang He, profesor adjunto de política energética en la Universidad de Stony Brook y autor del artículo–. Las políticas nacionalistas perjudican a todos los países y corren el riesgo de no alcanzar los objetivos climáticos más urgentes».

El equipo de investigación también analizó las implicaciones económicas de unas políticas comerciales más proteccionistas en el futuro. Calculan que si se aplican políticas nacionalistas fuertes, los precios de los paneles solares serán aproximadamente un 20-25% más altos en cada país para 2030, en comparación con un futuro con cadenas de suministro globalizadas.

«Las políticas que cortan las cadenas de valor globales y restringen los flujos de personas y capital interrumpirán los procesos de aprendizaje global que han contribuido precisamente a la historia de éxito de la energía solar –advierte Michael Davidson, profesor adjunto de la Universidad de California en San Diego y coautor del estudio–. Los modelos que demuestran la viabilidad de cumplir con los ambiciosos objetivos de energía limpia se basan en el descenso continuado de los costes, que puede no materializarse si los países deciden ir por libre».

El estudio se basa en un artículo de 2019 publicado por Helveston en la revista ‘Science’, en el que se abogaba por una mayor colaboración con socios manufactureros fuertes como los de China para disminuir rápidamente el coste de la energía solar y acelerar el despliegue de las tecnologías energéticas bajas en carbono.

«La nueva Ley de Reducción de la Inflación contiene muchas políticas importantes que apoyan el desarrollo de tecnologías energéticas de baja emisión de carbono en Estados Unidos, lo que es fundamental para abordar el cambio climático e introduciría más innovación y capacidad en el mercado –subraya Helveston–. Lo que nuestro estudio aporta a esta conversación es un recordatorio de no aplicar estas políticas de forma proteccionista. Apoyar la base manufacturera de Estados Unidos puede y debe hacerse de forma que anime a las empresas a comerciar con socios extranjeros para seguir acelerando la reducción de costes».