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Pocos deportistas como Pelé

Pelé fue un gran deportista. No era simplemente una persona brasilera que pateaba pelotas contra los arcos.

Aunque los diccionarios digan que ser deportista es cualquier persona que practica deportes, pocas son las personas que practican la esencia de mantener un cuerpo en una mente sana.

Deportista no es buscar fama o dinero. Las Olimpiadas de Grecia comenzaron premiando con cánticos y laureles a los campeones. Luego los verdaderos deportistas no buscaban figuración ni perseguían la obligación de siempre ganar. El deporte es para perder, ganar y practicar caballerosamente.

Los deportes han venido sufriendo las intervenciones políticas, las envidias y la comercialización. Algunas personas ya no ven la formación físico mental que debe adornar sus vidas porque son hostigadas por la negociación y por los fabricantes de campeones.

Una persona no puede ser deportista sin en su corazón lleva odio, racismo y resentimiento. Desde la civilización de los griegos, el deporte se ha impulsado para que cada persona tenga valor moral alejado de vicios.

Pelé sufrió racismo y no fue un fanático de la ´política ni de la figuración. No había luz eléctrica en su casa. Cuando nació, en 1940, fue una esperanza para sus padres que lo llamaron “Edson” ya que el inventor de la luz apellida Edison.

Edson Arantes do Nacimiento, conocido mundialmente como Pelé, fue un gran jugador de fútbol, y su capacidad de marcar goles nunca lo mezclo con la idea de ser entrenador. Tampoco tuvo la obsesión de ser “capitán” de su equipó paulista ni de la selección brasilera.

En uno de sus libros, Pelé mencionó que en el mundial del 1970: “… nunca oramos para ganar la Copa del mundo”. Dijo que todos los días él y sus compañeros de equipo oraban por los enfermos, por la salud de un ser querido, por la guerra en Vietnam, por la situación política en Brasil y solo pedían que nadie se lastimara.

Pelé falleció el 29 de diciembre de 2022. En sus 82 años de vida, el fútbol lo acompaño desde su pobreza económica en Mina Gerais, su crecimiento en Bauru y su progreso en la ciudad portuaria de Santos para luego ser conocido en el mundo y para ser admirado como ejemplar deportista.

Cuando ganó la Copa Mundial de Fútbol del 1958, en Suecia, sus compatriotas en Brasil tardaron casi un mes para ver noticias en los cines porque la transportación y la tecnología no eran como ahora que en unos minutos se llegó a saber su fallecimiento gracias al internet.

No importa cuantos trofeos, medallas y premios ha ganado, que terminarán en cajas o empolvándose en algún lugar. Lo rescatable es que Pelé ha inspirado a millones de jóvenes en diferentes partes del mundo. Su vida no estuvo mesclada con drogas o bochornosos incidentes. No fue un humano perfecto, sin embargo, ganó su primer mundial con 17 años de edad y en muchos lugares del mundo lo reconocen con admiración como futbolista y más que todo como gran deportista, sin olvidar de que marcó más de mil goles y ser el único jugador que ganó tres copas mundiales (1958, 1962 y 1970). Con el triunfo en el Campeonato Mundial de México 1970, Pelé se convirtió en deportista inmortal.

(Foto/CC)

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