«Viejo» a los 30: tu cuerpo empieza a oler a cartón mojado y no es culpa del desodorante, lo dice la ciencia

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Foto: EUROPA PRESS

MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS). – Puede sonar a exageración, pero no lo es: a partir de los 30 años, el cuerpo humano empieza a producir un compuesto que modifica el olor corporal de forma perceptible. Ese olor, descrito por algunos como una mezcla entre cartón húmedo y grasa rancia, no tiene que ver con la higiene, el sudor o el tipo de ropa. Es una cuestión de química cutánea y envejecimiento celular.

Lejos de ser un mito o una broma cruel sobre el paso del tiempo, este fenómeno está documentado científicamente. El farmacéutico y divulgador Álvaro Fernández lo explicó recientemente en un vídeo de TikTok, pero la base de su explicación está en estudios publicados en revistas científicas como PLOS ONE y Journal of Investigative Dermatology. Y sí: todo empieza antes de lo que muchos creen.

EL CULPABLE SE LLAMA 2-NONENAL

El responsable de lo que popularmente se conoce como «olor a viejo» es una sustancia llamada 2-nonenal. Se trata de un compuesto que se produce de forma natural en la piel con el paso del tiempo, como resultado de ciertos cambios en la grasa que recubre la superficie cutánea.

Estos cambios no dependen del uso de desodorante o perfumes: son internos y progresivos, y se intensifican con la edad. Un estudio publicado en 2001 por el investigador Shinichiro Haze confirmó que el aumento de 2-nonenal es detectable en concentraciones significativas a partir de los 40 años, aunque el proceso de oxidación de lípidos puede empezar ya en la treintena, como señaló Álvaro Fernández en su vídeo.

LO QUE PERCIBEN LOS DEMÁS: MENOS INTENSO, NO MÁS DESAGRADABLE

El estudio dirigido por Susanna Mitro en el Monell Chemical Senses Center (2012) fue más allá: analizó cómo perciben los demás ese olor vinculado a la edad. La investigación demostró que los jóvenes eran capaces de distinguir el olor corporal de personas mayores de entre 75 y 95 años frente al de adultos y jóvenes.

Lo más llamativo es que los olores de las personas mayores fueron calificados como menos intensos y menos desagradables que los de los adultos de mediana edad. Es decir, existe una base química que cambia el olor, pero ese olor no se asocia automáticamente a algo negativo.

¿TIENE SOLUCIÓN O ES INEVITABLE?

El olor asociado al 2-nonenal no desaparece con colonia ni con jabones perfumados, ya que no se trata de una cuestión de higiene superficial. Sin embargo, la cosmética sí puede ayudar. Existen productos que neutralizan este compuesto o que ayudan a reducir la oxidación de lípidos en la piel.

Como explica el propio Álvaro Fernández, «no es culpa del desodorante» si el cuerpo empieza a oler distinto. Es simplemente una parte más del envejecimiento, como las canas o las arrugas.

«UN OLOR SABIO, NO UN OLOR MALO»

Pese a lo inquietante del término «olor a viejo», lo cierto es que el fenómeno no debería verse con rechazo. El propio divulgador lo resumía con humor: «El cuerpo, como el queso curado, evoluciona, pero no siempre para oler mejor». Quizá, más que viejo, ese olor sea un síntoma de experiencia.

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