Evidencia genética de la extinta población más antigua de Sudamérica

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Foto: EUROPA PRESS

MADRID 2 Jun. (EUROPA PRESS). – Un equipo de investigación ha encontrado evidencia genética de una población temprana previamente desconocida entre los primeros pobladores de Sudamérica, llegados del norte a la actual Colombia.

Estos primeros pobladores de la meseta que rodea Bogotá, el Altiplano, datan de hace 6.000 años. Representan una población aún sin describir. Desaparecieron hace 2.000 años como máximo y fueron reemplazados por una segunda migración desde Centroamérica. El estudio se publica en la revista Science Advances.

El equipo investigó el material genético de 21 individuos de cinco sitios arqueológicos del altiplano colombiano. El autor principal del estudio, el profesor Cosimo Posth, de la Universidad de Tubinga, afirma: «Estos son los primeros genomas humanos antiguos de Colombia que se han publicado».

Las muestras genéticas se tomaron de huesos y dientes y abarcan un período de casi 6.000 años, hasta poco antes del inicio de la colonización española. Los individuos más antiguos provienen del yacimiento de Checua, al norte de Bogotá, a una altitud de unos 3.000 metros.

CAMBIO POBLACIONAL COMPLETO

Los genomas del yacimiento de Checua pertenecen a individuos de una población relativamente pequeña de cazadores-recolectores del Altiplano. «Nuestros resultados muestran que los individuos de Checua provienen de la población más antigua que se extendió y se diferenció por Sudamérica con gran rapidez», afirma en un comunicado la primera autora del estudio, Kim-Louise Krettek, del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente.

Lo que sorprendió a los investigadores fue que el material genético de estas personas desapareció por completo y ya no se puede detectar en individuos de la región con una antigüedad de unos 2.000 años. Krettek explica: «No pudimos encontrar descendientes de estos primeros cazadores-recolectores del altiplano colombiano; los genes no se transmitieron. Esto significa que en la zona de Bogotá hubo un intercambio completo de la población».

Los análisis genéticos sugieren que la cultura del Altiplano que siguió provino de personas de regiones centroamericanas. «Además de desarrollos tecnológicos como la cerámica, los habitantes de esta segunda migración probablemente también trajeron las lenguas chibchas a la actual Colombia. Ramas de esta familia lingüística aún se hablan en Centroamérica», afirma la coautora Andrea Casas-Vargas, de la Universidad Nacional de Colombia.

«Que los rastros genéticos de la población original desaparezcan por completo es inusual, especialmente en Sudamérica», afirma Casas-Vargas. Hasta ahora, se ha observado una fuerte continuidad genética en la población de los Andes y el Cono Sur de Sudamérica a lo largo de largos períodos de tiempo y cambios culturales, añade.

«Y así fue también en las poblaciones que siguieron a los cazadores-recolectores en el Altiplano de Bogotá hasta la llegada de los conquistadores europeos hace unos 500 años, aunque en esta región se produjo un cambio cultural masivo con el desarrollo de la cultura muisca», afirma Casas-Vargas.

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